LAS MEJORES PELÍCULAS DE SURF DE HBO

HBO apuesta por el surf. La plataforma norteamericana de streaming tiene ahora en su cartelera cuatro de los mejores documentales de surf de los últimos tiempos. Kelly Slater, Andy Irons, la ola mágica del Surf Ranch y Garrett McNamara frente a la rompiente XXL de Nazaré son sus protagonistas. A continuación os hablamos de estos cuatro  filmes que no te puedes perder. Felices olas y feliz lectura.

POR GUILLERMO GATSBY

[FOTO DE LAS CARTELERAS DE LAS CUATRO PELÍCULAS, SI SE PUEDE]

1. MOMENTUM GENERATION

No tengo ninguna duda: es el mejor documental de surf de las últimas décadas. Jeff y Michael Zimbalist (Los dos Escobar) cuentan en Momentum Generation la historia de la generación que cambió el surf para siempre: Kelly Slater, Rob Machado, Shane Dorian, Taylor Knox, Ross Williams, Kalani Robb, Pat O´Conell, Benji Weatherley… es decir, la New School, los tipos   que llevaron el surf a un nivel de radicalidad nunca antes visto.

Producida por Robert Redford, Momentum Generation  es mucho más que un documental de surf. Es un coro de testimonios, imágenes y recuerdos que , con las olas y el surf como telón de fondo, habla de la vida y de la muerte, del precio que estamos dispuestos a pagar por alcanzar nuestras metas y de la herida que el salto a la madurez deja en el alma; un film honesto y sincero que, a ráfagas y a rachas, recuerda ese inolvidable canto a la amistad que siempre fue El Gran Miércoles.

protagonistas de momentum generation caminando en la playa de pipeline

Los protagonistas de Momentum Generation caminando por la playa de Pipeline

Sirviéndose de los archivos del cineasta Taylor Steele y de las entrevistas con Slater, Machado y el resto de los Momentum, Jeff  y Michael Zimbalist trazan un viaje a través de treinta años que arranca y termina en la costa norte de Oahu. Hay surf, por supuesto, surf de muchos quilates.  Las imágenes y los testimonios nos trasladan a los grandes santuarios de la tabla. Vemos actuaciones memorables en Pipeline. Vemos esa mítica final de 1995 entre Slater y Machado. Vemos a Shane Dorian cabalgando olas descomunales… Sí, la película muestra el surf superlativo de estos titanes de la New School, pero, mezclando las olas con la vida y la muerte, el éxito y el desengaño, los viajes, las fiestas y la devastación inconsolable que producen algunas pérdidas afectivas, cuenta, por encima de todo, la historia de una larga amistad.

Os dejamos su trailer

No te pierdas nuestra review de Momentum Generation

2. UNA OLA DE TREINTA METROS

Las leyendas no nacen, se hacen abriendo nuevos caminos, explorando nuevos horizontes. El surfista de olas grandes Garret McNamara es un buen ejemplo. La historia del pionero de Nazaré es, por supuesto, una historia de valor, pero también de preparación y de confianza en sí mismo. La miniserie Una ola de treinta metros cuenta su asalto al coliseo de las olas XXL.

garret mcnamara surfeando la ola de nazaret

Garret Macnamara surfeando la ola de Nazaré

Seis episodios, seis horas. Una ola de treinta metros es una miniserie que se ve como una película, una película emocional que nos muestra como se materializa un sueño, la conquista de un ideal, y también cómo ese sueño acaba transformado un pequeño pueblo de Portugal, convirtiéndolo en la Meca del surf XXL.

McNamara ha cabalgado olas de más de veinte metros y volado a través de tubos aterradores que escapan a la imaginación. Ha surfeado con total arrojo, y sin sentir ningún miedo, en Waimea, JawsTeahupooMavericks, Tavarua… Siempre buscando su particular Everest. Pero si ha escrito su nombre en la leyenda del surf es porque el 12 de noviembre del 2012 mostró al mundo cómo cabalgar la ola más monstruosa del planeta: la ola de Praia Norte, en Nazaré, Portugal.

Un error y puede que no vuelvas a casa, le advirtió Kelly Slater. McNamara, por supuesto, era consciente de ello. Y se entrenó a conciencia para conquistar aquella ola gigante que había encontrado casi por azar. Y vaya si lo hizo. Nadie jamás se había deslizado por la ladera de un monstruo semejante. Más de veinte metros de altura. El Santo Grial de las olas grandes:

“Fui directo al fondo – recuerda McNamara – y lo golpeé tan fuerte como pude. Y volví a deslizarme hacia arriba y mi velocidad me empujó frente a la ola. Estaba emocionado. Había imaginado ese momento durante casi un año, durante todo mi entrenamiento”.

Aquí puedes leer más  sobre McNamara y la ola de Nazaré

3. THE FUTURE OF SURFING

¿Os acordáis de Campo de sueños, aquella película en la que Kevin Costner (Ray Kinsella, un urbanista reciclado en granjero)  se ve, de repente, asaltado por un fantasma del pasado (un antiguo jugador profesional de beisbol) que le demanda, una y otra vez, que construya un campo de beisbol en medio de un campo de maíz? “Si lo construyes, yo vendré…” ¿Os acordáis? The future of surfing es otro tipo de película, cierto. No trata de viejas traiciones ni de ideales irremediablemente rotos que hay que recomponer, pero sí habla de un sueño de resonancias bíblicas: el Surf Ranch de Kelly Slater, el proceso de construcción de la ola perfecta, un paraíso de surf en medio de ninguna parte. Imposible no  pensar en la secuencia del clásico de Cecil B. DeMille, con Moisés (Charlton Heston) separando las aguas del Mar Rojo en tecnicolor.

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Ola de Kelly Slater

The Future of Surfing cuenta la historia que hay detrás de la ola artificial más célebre del mundo, la historia de un sueño y de cómo ese sueño pasó a convertirse en realidad: una mirada que va mucho más allá de lo que hemos visto en los vídeos de la Wave Co de Slater. “Todo el mundo debería hacer surf una vez en su vida” dijo la leyenda norteamericana en la presentación de la película.  “Si lo pruebas, nunca lo abandonarás. La sensación es buenísima, de dominio, de velocidad, una cosa muy divertida. Yo no sé si esta ola del rancho es la mejor del mundo. Es la mía y cada uno tiene su gusto. Desde luego, es la ola que soñaba pillar, pero hay gente que quiere olas más grandes y otros que prefieren otras más vertiginosas. A mí me gusta ésta”.

¿Y a quién no? Más de dos metros y con un vientre de lujo para marcarse un tubo memorable. Stephanie Gilmore  dijo de ella que es «mágica, increíble, inaudita». Durante una exhibición con Slater, se pasó 35 segundos en el barril de la ola.

[TRAILER]

4. KISSED BY GOD

Tras la prematura muerte del tres veces campeón del mundo Andy Irons en un hotel de Dallas (2010) a consecuencia de un ataque al corazón provocado por una elevada mezcla de drogas, se han escrito numerosos artículos y reportajes sobre el surfista hawaiano, tratando de resumir las contradicciones que llevaron a ese desolador final. Pero ninguno de ellos despejaban las incógnitas más básicas. Por supuesto, antes de Kissed by God ya se había hablado de su adicción a las drogas y también de sus problemas mentales. Pero nunca con la profundidad con que lo hace este documental.

Kissed by God  proyecta luz sobre el lado oscuro del tricampeón hawaiano. Dando voz a las personas que mejor le conocieron – sus padres, su hermano Bruce, su esposa Lyndie, sus amigos, rivales como Kelly Slater o Mick Fanning –,  la película recuerda los mejores momentos de Irons sobre las olas, nos sumerge en la batalla  que libró contra la enfermedad mental  (trastorno bipolar) y nos arrastra implacablemente  hasta el callejón sin salida al que el surfista se vio abocado por culpa de su adicción a las drogas.

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Andy Irons  –  Fotografía: Teton Gravity Research

Con el tema del alcohol y las drogas se han creado inquietantes  obras maestras como Días sin huellaDrugstore Cowboy o Réquiem por un sueño. Andy Irons, Kissed by God no lo es ni de lejos. Pero existe verdad en ella. Y encoge el alma.

“Tengo muchos demonios interiores, y sin el surf me hubiera autodestruido. El surf es la única cosa que me permite mantener el equilibrio”, confesó Irons en la última entrevista que concedió. El surf y la competición como refugio y campo de juego, como escondite feliz frente al cerco cada vez más feroz de unos demonios que van y vienen, los intentos de rehabilitación y los sucesivos derrumbes, el sentimiento de culpa en medio del vértigo, las subidas anímicas y los patéticos hundimientos… Todo eso es, precisamente, lo que deja en la memoria Kiss by God. Una historia de ascenso y caída muy difícil de olvidar.

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