André Barbieri: «el surf es mi terapia para el alma»

 El invierno de 2011 siempre quedará en la memoria del surfista brasileño André Barbieri. Ese invierno cambió su vida. A continuación os contamos la historia de Andre Barbieri. Todo un caso de superación.

André que por aquella época vivía en Santa Bárbara California, viajó junto con su hermano a una estación de esquí próxima a su casa. En el primer descenso del día, algo le hizo perder el control.  Barbieri se salió de pista y terminó por fracturarse el fémur de su pierna. En el accidente André perdió cerca de 70% de su sangre. Tuvo que ser sometido a cuatro cirugías para reconstruir su pierna. En sólo 5 días los médicos llegaron a la conclusión de que la mejor alternativa pasaba por amputarle la pierna.

Los sueños de André se desvanecieron en aquel instante. Sin embargo y a pesar del dolor y de la posibilidad de no poder volver a surfear nunca más, el hecho de estar vivo le daba esperanza. Tres meses después de la intervención, André conseguía surfear por primera vez tras el accidente. Sin una prótesis adecuada, consiguió adaptar una de sus tablas y sin dudarlo se lanzó al agua. «El surf es mi mejor sesión de fisioterapia y mi mejor terapia para el alma». 

 En 2013 y casi por casualidad, descubrió que el triatlón iba a formar parte  en los Juegos Paralímpicos de Rio 2016. Tres años le parecían tiempo suficiente para dedicarse de lleno a ello e intentar conseguir una plaza en la selección brasileña. Desde entonces, André se ha dedicado por completo al triatlón.

«El accidente fue un golpe duro, que me hizo perder hasta la esperanza. Pero finalmente se ha terminado por convertir en algo positivo. Actualmente puedo dedicarme de lleno a entrenar. Sin tener que trabajar a parte para mantenerme. He aprendido a ser más agradecido y a aprovechar cada día como una bendición. Hay gente que no tiene esta oportunidad y que está mucho peor. En mi caso sólo fue una pierna».

Actualmente André continúa con su rutina de entrenamiento y no pierde ocasión de entrar al agua cada vez que hay buenas olas. «La tabla de surf siempre va en el maletero de mi coche». 

Una historia de superación y otro claro ejemplo de querer es poder, que nos recuerda a nuestro campeón del mundo de surf adaptado para invidentes.  Aitor Francesena, alias Gallo.